jueves, 18 de septiembre de 2008

"Competencias y Habilidades en el ejercicio de las Relaciones Públicas"

Café RP Vespertino Miércoles 17 de septiembre

Entre los participantes al café vespertino del mes de agosto vislumbramos algunas líneas de trabajo para ir poniendo claridad -primero entre los colegas, para luego llevarla al mercado- sobre cuestiones que hacen a todo profesional y que preocupan de manera especial a profesiones como la nuestra no reguladas por el estado: competencias, habilidades, funciones y honorarios profesionales.

Por eso organizamos un nuevo café que tuvo lugar el pasado miércoles 17. En esta oportunidad, focalizamos el debate en torno a COMPETENCIAS Y HABILIDADES. Compartimos conocimientos y experiencias acerca de las instituciones educativas y el mercado laboral. Y, además, indagamos en fuentes idóneas que nos aportaron un marco científico y profesional.

Y ya hemos agendado un nuevo café para el mes entrante (miércoles 15 de octubre, 19 hs.), en donde le daremos cierre al tema, profundizando acerca de HONORARIOS.

A partir de lo elaborado en estos tres café, desarrollaremos la "Primera Guía Práctica de Relaciones Públicas".

En los comentarios, se encuentra disponible parte del material que fuimos elaborando y compartiendo en estos café...
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3 comentarios:

  1. COMPETENCIAS LABORALES

    Los procesos formativos no pueden ignorar que el trabajo, como técnica, es el resultado de la aplicación de principios científicos, y si las acciones se dirigen exclusivamente al desarrollo de habilidades y al aprendizaje de conocimientos propios de una situación de trabajo específica, sin la comprensión de los fundamentos científicos y tecnológicos, la formación resulta un simple adiestramiento que no configura una competencia laboral pertinente. Ha sido habitual considerar que una persona que posee los conocimientos y las habilidades para desempeñar las tareas propias de un puesto de trabajo, es un “trabajador calificado”, y lo seguiría siendo en la medida en que las exigencias de ese puesto fueran siempre las mismas.

    No obstante, la rápida evolución técnica y económica demanda nuevos requerimientos, lo cual ocasiona que las destrezas y conocimientos profesionales específicos, adquiridos en el pasado, caigan en desuso, cada vez con mayor rapidez. Es así como, los trabajadores que únicamente disponen de calificaciones limitadas a su puesto de trabajo, estarán en una situación muy frágil. Es por lo tanto necesario que ellos posean calificaciones profesionales que no envejezcan tan rápidamente o que sean más flexibles y adaptables a los cambios en los sistemas de producción y al progreso tecnológico. Estas calificaciones se refieren a los conocimientos, habilidades y formas de actuar que trascienden los límites de una actividad laboral específica, entre las cuales pueden considerarse la autonomía de pensamiento y de acción, la flexibilidad metodológica y la capacidad de reacción, de comunicación y de previsión de situaciones. Asimismo, las transformaciones económicas y sociales hacen necesario ampliar este concepto de “calificaciones clave” para incluir formas de comportamiento relativas a la capacidad de colaboración, de cooperación y de participación en la organización del trabajo. Estas consideraciones indican que el papel del trabajador se ha transformado significativamente con respecto al pasado, y en tal sentido se afirma que posee competencia laboral quien dispone de los conocimientos, habilidades, aptitudes y actitudes necesarios para desempeñarse eficazmente en situaciones específicas de trabajo, que puede resolver, en forma autónoma y flexible, los problemas que se le presenten en el ejercicio de sus funciones, y está capacitado para colaborar en su entorno profesional y en la organización de su trabajo.

    Quien así se comporta tiene “competencia técnica”, por cuanto domina las tareas y contenidos de su ámbito de trabajo, y posee los conocimientos y habilidades para desempeñarlo con eficiencia; “competencia metodológica”, al saber aplicar el procedimiento adecuado a las tareas que le corresponde desempeñar y a las irregularidades que se presenten, que encuentra de manera independiente vías de solución a los problemas y está en capacidad de transferir sus experiencias a otras situaciones laborales; “competencia social”, porque colabora con otras personas de manera constructiva, y muestra un comportamiento orientado al grupo y al entendimiento interpersonal; y “competencia participativa” al estar dispuesto a intervenir en la organización de su puesto de trabajo y de su entorno, siendo capaz, además, de organizar y decidir, y aceptar responsabilidades.

    El análisis de las actividades que constituyen una función productiva, permite especificar las calificaciones tecnológicas, operativas y actitudinales que es necesario poseer y los requerimientos de calidad esperados por el sector productivo para lograr el desempeño satisfactorio de la función. Cuando estas especificaciones son reconocidas y aceptadas por una empresa o por un sector económico, se convierten en norma de competencia laboral de esa función productiva para un ámbito de aplicación específico.

    La transferibilidad es característica propia de aquellos requerimientos laborales comunes a una amplia gama de funciones productivas, o a casi todas, y por lo tanto se acostumbra denominarlas “competencias básicas”, por cuanto ellas constituyen los elementos comportamentales, los conocimientos y las habilidades mínimas necesarias para acceder al mercado laboral. De igual manera, son transferibles los comportamientos laborales que se pueden utilizar en un conjunto de funciones productivas que conforman un área ocupacional, los cuales se conocen como “competencias genéricas”. Entre las básicas, generalmente se señalan como ejemplo las capacidades matemáticas y de expresión oral y escrita, por considerarlas indispensables para el desempeño de cualquier ocupación, ya que ellas además de ser el vehículo para la comunicación, son esenciales para el aprendizaje y la actualización tecnológica. Las genéricas, que por lo general sólo se asocian a comportamientos relativos a trabajo en equipo, organización y planificación, también pueden comprender aspectos tecnológicos que se aplican en diversas funciones productivas de un área ocupacional. Además de estos dos tipos de competencia, existen otras que difícilmente se pueden transferir a varias ocupaciones por ser exclusivas de una sola situación de trabajo, y por lo tanto, se consideran “competencias específicas”.

    Al ser reconocidas por los actores sociales –o por distintos países– facilitan la inserción y movilidad de los trabajadores en el mercado de trabajo, y además, debido a la transferibilidad de sus elementos, hace más factible la reconversión laboral en períodos de desempleo, o la readaptación a su ocupación habitual cuando los cambios tecnológicos modifiquen el perfil de competencias requerido.

    En ese sentido, toma especial relevancia el concepto de competencia laboral, entendida como la capacidad productiva de un individuo que se define y mide en términos del desempeño en un determinado contexto laboral, y no solamente de conocimientos, habilidades o destrezas en abstracto; es decir, la competencia es la integración entre el “saber”, el “saber hacer” y el “saber ser”.

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  2. ¿Qué desafíos a la formación profesional plantean las competencias laborales?

    La formación académica nos exigió determinados esfuerzos, el perfeccionamiento y actualización profesional demanda otros…

    * Enfocarnos al desempeño laboral y no a los contenidos de los cursos.

    * Mejorar la relevancia de lo que se aprende.

    * Evitar la fragmentación tradicional de programas academicistas.

    * Facilitar la integración de contenidos aplicables al trabajo.

    * Generar aprendizajes aplicables a situaciones complejas.

    * Desarrollar autonomía.

    * Buscar instrucción dirigida al desarrollo de cada competencia y una evaluación individual por cada una de ellas.

    * Evaluarnos considerando el conocimiento, las actitudes y el desempeño como principales fuentes de evidencia.

    * Exigir instrucción individualizada al máximo posible.

    * Participación propia activa en la elaboración de la estrategia de aprendizaje.

    * Brindar retroalimentación para guiar a los docentes.

    * Poner énfasis en los resultados.

    * Medir el progreso al ritmo de cada uno.

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  3. AUTODIAGNÓSTICO: ¿Hasta qué punto he desarrollado los siguientes aspectos?

    a) He desarrollado completamente este aspecto;
    b) De alguna manera he desarrollado este aspecto;
    c) No he desarrollado este aspecto.-

    * Manejo de las cuestiones básicas de una organización.

    * Conocimiento profesional relevante.

    * Sensibilidad a los eventos: conocimiento de lo que está sucediendo.

    * Toma de decisiones.

    * Habilidades sociales: trabajando junto a y supervisando a otros.

    * Recuperación emocional rápida: habilidad para lidiar con el stress y la tensión; calma interior.

    * Iniciativa: habilidad para accionar sin esperar instrucciones.

    * Creatividad.

    * Conocimiento de uno mismo: sus fortalezas y debilidades y cómo otros lo ven.

    * Sensación de aceptarse a usted mismo (a pesar de las debilidades y regocijándose en sus fortalezas).

    * Habilidad para recordar cosas.

    * Habilidad para pensar lógicamente.

    * Habilidad para manejar lo incierto y ambiguo.

    * Habilidad para expresarse, para explicar sus ideas.

    * Habilidades técnicas.

    * Posesión de un conjunto de valores coherente y creencias éticas.

    * Habilidad para pensar teóricamente, deducir principios abstractos.

    * Habilidad para poner ideas en práctica.

    * Habilidad para escuchar a otros.

    * Habilidad para salir y tomar riesgos.

    * Habilidad para pensar hacia adelante y planear.

    * Habilidad para reflexionar, para revisar lo que ha sucedido.

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