lunes, 12 de mayo de 2008

"Opinión Pública"



Café RP Matutino Sábado 10 de Mayo


Café por medio, y en una reunión que desperto un inusual interés (se extendió por un lapso de más de 3 horas) debatimos este tema, enriqueciéndonos con el aporte de todos.

Los siguientes fueron algunos de los disparadores con que se inició la reunión:

* Muchos sostienen que la opinión pública es “la opinión de la gente común que confiere poder”. ¿Existe entonces una subordinación de quienes poseen voluntad de poder, hacia aquellos que lo confieren?

* ¿Qué papel juegan los propios encuestadores y el formato que tienen las encuestas que tienden a la simplificación y a la eliminación de matices?

* Durante la hegemonía eclesiástica los antídotos a la opinión pública fueron la censura y la auto-censura, y sus instituciones represivas los confesionarios y el Santo Oficio de la Inquisición. Durante la hegemonía de los estados-nación, fueron las secretarías de Prensa y Difusión. ¿Existen experiencias de censura o auto-censura en la era digital o global?

*¿De qué forma se usan los foros y todas las alternativas que ofrece Internet para criticar movimientos de oposición y obtener el consiguiente apoyo para el propio movimiento?

* ¿Qué porcentaje de consenso debe tener una opinión para considerarse pública?

* ¿La aparición de la comunicación satelital, de la fibra óptica, de la comunicación por internet, de los canales de TV mundiales, etc. tienen un efecto uniformador haciendo que las audiencias de distintos países tiendan a reaccionar de la misma manera, o por contrario generan un realce de lo particular y de lo local?

* ¿Qué se da primero la opinión pública o la opinión publicada?


¡FELICITACIONES a todos los profesionales que participaron!
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1 comentario:

  1. El pasado sábado 10, en nuestro Café RP Matutino del mes de mayo, debatimos acerca del manejo de la Opinión Pública por los relacionistas públicos. Compartimos bibliografía, experiencias, datos de investigaciones recientes, y aportes provenientes de la disciplina del periodismo.

    Comenzamos proponiéndonos entender a la OP localmente, y nos cuestionamos si era posible aplicar a la realidad Argentina la teoría desarrollada en otros países, sobre todo suponiendo (mito o realidad) que en otros países la circulación de la información es más fluida, y pareciéndonos que muchas veces aquí la OP queda reducida a un grupo pequeño de personas, no representativo de los ciudadanos comunes y corrientes.

    Continuando por esta línea nos vimos obligados a pensar a la OP más allá de toda coyuntura de gobierno y su incidencia en los medios. Pero entonces nos preguntamos ¿La OP puede ser algo librado al azar dentro del sistema? ¿Cuándo hablamos de OP estamos hablando de la cosa pública? ¿La OP es la verdad?

    Por otra parte, desde la vereda conceptual de enfrente, empezamos a pensar qué sucede cuando no hay consenso en la OP y una controversia se polariza. ¿Acaso el gobierno no debe normativizar? Si así fuera, el observatorio de medios de todo gobierno no sólo serviría a los fines de conocer tendencias, sino (para bien o mal del orden y la democracia) también respondería al objetivo de controlar el discurso hegemónico.

    A esta altura del encuentro, para ir zanjando algunas inquietudes y volviendo a nuestro planteo inicial acerca de qué abordaje teórico realizar (autores locales, extranjeros, tradicionales, actuales), llegamos a la conclusión que desde lo comunicativo -en cualquier lugar del mundo y en cualquier momento de la historia- todo sujeto social se constituye por los mismos procesos.

    Tal es así que la bibliografía (de autores reconocidos por su profesionalismo) desarrollada hace 2 décadas permanece aún vigente. Al tiempo que todos los movimientos intelectuales y esfuerzos investigativos de los últimos años se han abocado casi exclusivamente a mejorar técnicas de sondeo de la OP, sin refutar o reformular ninguna idea conceptual sobre qué se entiende por OP o las variables que intervienen en su constitución.

    Promediando el Café RP de esa mañana, nos propusimos analizar la OP desde los empresarios, por un lado, y desde los ciudadanos, por otro.

    En relación a los empresarios analizamos casos como el de Dadone (controversia acerca de las ‘bondades’ de su producto Actimel). ¿Fueron los consumidores, asociaciones médicas, la competencia o ellos mismos, quienes instalaron las dudas sobre este producto? De tratarse de los consumidores, la comunidad en general o instituciones de salud pública ¿Serían preocupaciones fidedignas o sugestionadas? De tratarse de la competencia ¿Echando a rodar un rumor de esta índole, lograría atraer para sí los consumidores que Actimel perdiera? De tratarse de Dadone ¿Cuánto puede estar dispuesta una empresa a perder en el camino, con el único objeto de ganar espacio para su producto en la OP?

    En relación a los empresarios, también analizamos publicaciones de altos funcionarios de multinacionales en las que declaraban que muchas veces los ciudadanos podrían cambiar su opinión sobre una compañía si pudieran conocer los verdaderos números de sus inversiones, pero que esta información generalmente está vedada por el gobierno. En consecuencia, el manejo poco claro de algo que puede ser positivo para el país, hace que la gente presienta siempre un dejo de corrupción.

    Las palabras de estos empresarios nos llevaron a reflexionar acerca de cómo influye el poder para que la comunicación de alguien no sea efectiva, y las estrategias posibles para hacerla efectiva en su finalidad de influir (entendiendo a la comunicación como un proceso intencionado).

    Por el lado de los ciudadanos, analizamos las nuevas tendencias, por ejemplo el surgimiento de los blogs y las cadenas de e-mail a través de las cuales ya no circulan sólo chistes, ahora también circulan noticias, opiniones. Sin dudas, los ciudadanos no se identifican con lo que los medios tradicionales de comunicación masiva (diarios, canales de televisión, radios) dan a conocer como OP, es allí cuando surgen estos nuevos espacios, que por el momento (y en una primera lectura de sus usuarios) parecen tener autonomía del poder y de los intereses políticos y económicos. Sucede que aprovechando esta tendencia, los medios están dando cada vez más lugar a ‘envianos tu nota’, y el gran interrogante es saber si esta finalidad es honesta o es una conveniencia de poder.

    Es imposible transmitir resumidamente y por escrito la riqueza de todo lo compartido en un espacio como éste entre profesionales. Básicamente podemos decir que el sábado pasado durante 2 horas pudimos diferenciar de OP y profundizar conceptos como persuasión, manipulación, intencionalidad, influencia, poder, ética. Y nos quedó resonando una frase “si por opinar me hacen desaparecer, qué valor debe tener entonces mi opinión”. Concluimos, entonces, que cuando hay intolerancia y censura, no se está atentando contra la OP sino contra la misma humanidad…

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